Aristas, llevo aristas
en el pecho prendidas,
con garfios, con esclusas
que manan agua brava,
con navajas y facas
que hieren y amenazan.
De cuchillos larvados
el alma se me puebla,
cuando asaltan recuerdos
o llegan viles palabras
que en mi puerta rechinan
como si fueran balas.
Unas nubes muy negras
se ciernen, en lontananza,
con la panza mojada
de tormentas insanas.
A veces, se quieren iluminar
con la luz de la noche,
mas, las sombran se yerguen
y se quedan presentes.
Y mil cuchillos hieren
la carne macerada
dejando las heridas
al aire, por donde sangran
los recuerdos, los hechos
y el alma desanima
y se funde en la nada.
Santander-4-12-15. 11,32.