Amor, me gustaría partir hacia la hoguera
que forma nuestra pasión escarmentada,
poner vela y enhebran horas en desvelo
mientras las almas, hablan solas, en silencio
contemplando, ahítas de amor, la madrugada.
Amor, pongamos proa a la aventura,
dejemos la costumbre a los idiotas
para dejarnos mecer, suave, por las olas
y luego, cuando toque morir,
arribaremos a una isla solitaria,
con las manos unidas, comulgando
con el mar, la espuma y la sombra de tu pecho.
Amor, huyamos… No dejemos que nos atrape
la contumaz costumbre y nos aprese
la norma porque sin darnos cuenta,
nos deshilacha el amor
y a poco que la dejemos nos haga viejos
sin poder abrasarnos con los besos. .
M. Toca