Días que se levantan,
con bruma zumbando en la cabeza
sin arriesgar ni parte, ni nada que parezca
de interés o que despierte curiosa incertidumbre.
Días que comienzan con pereza.
Días en que se calza la abulia antes de vestir el ropaje
y peinar la cabellera.
Que llegas, que te entregas, y que nada te sale
y al poco te remata
la insulsez y el arbitrario que asoma
a la ventana, con la estúpida y contumaz semblanza
que arremete y te deja
sin fuerza, con ganas de volverte a la cama.
Días, que apenas dicen nada.
Santander-15-11-2016. 13,15.