¿A que sabe el silencio opaco
de los besos que no se dieron?E
El aliento omitido
por no romper el tiempo
en que la esperanza, quedó varada
en un lento y espeso vacío
donde las palabras fueron nada
y el amor se diluyó frente al espejo.
¿Qué sabor tienen esos besos
que no se dieron nunca?
ni se oyeron las palabras
que el silencio, ahogó en la madrugada,
amparados en la costumbre y la desidia
de dar todas las cosas por supuestas.
Las palabras omitidas,
ahogadas en el mar de la costumbre
donde el tiempo enhebra
una sutil herrumbre
que el destino, ciego, sordo, aquiescente
nos deja cada día
con la certeza de estar solos
o rodeados de costumbre.
No tienen sabor aquellos besos,
que el tiempo ocultó,
o se olvidaron, surcados
los caminos, de desechos
que nunca caminamos, y en barbecho
surcamos en el filo de una espada
que hería el alma, y ella,
solo estaba acadabrada,
queriendo ser libre
y solo se quedaba en torturada.
Santander -12-9-15, 23,14