Llegan gritos, delirios de poder
hasta el oído insano
que todo lo procesa y se mueve,
mientras las voces blancas
de los que oyen y callan
se quedan a lo lejos,
escuchando, temprano,
tan tenues los cantos,
que lucen apagados.
Se cimbrean, moviéndose despacio,
los cimientos lejanos
de la paz, de la vida, de la suerte, del miedo,
de nacer en sitio equivocado.
Por eso te fuiste antes de tiempo,
equivocaste el lugar y el encuentro,
dejaste un rastro silente de tu cuerpo
en una noche en que nadie te oía
y todos te dejaron, tirada, inerte, fría.
Tú solo tendías una mano,
querías progresar, ampliar mundo,
arreglar la vida del hermano,
del hijo, del anciano.
Aquí te quedas, olvidada, perdida
de todo lo que amaste,
perdidos los sueños, olvidados
los míseros espejos de tu mente.
Se tiñeron de muerte los deseos
de medrar de hacer un poco de fortuna
y volver con las manos llenas,
repletas de amor y de ternura.
Hoy ya te arrebató la muerte,
te llevó con ella a su seno,
olvidada, perdida, callada,
de todos, explotada,
mirada de soslayo y condenada,
por eso, por pobre, por lejana
perdiste la batalla.
Santander-24-5-14, 23,50, 125 días sin ti.
Dedicado a Janeth , murió abandonada a su suerte en el hospital Virgen de la Salud, Toledo