Hace tiempo que no me acerco al lienzo,
ayer oscuro, hoy atildado por manos extrajeras,
maceradas en el fuego
que abrasaba con el sol de madrugada.
Hace tiempo que no salgo de mi alcoba
a sentir la tibia brisa que madruga…
hace tiempo que en mi almohada
no se dibuja más figura que mi cara.
Quizá sea por ello que mis sueños
se poblaron de fría escarcha y sementera
haciéndose aciago el despertar de cada día
y rémora de pensamientos en reserva.
Hace tiempo que mi cuerpo no se abraza
enlazado con brazos expertos y certeros
en propiciar la caricia compañera,
quizá sea por eso que en mi alma
apenas brota una sutil enredadera
y la sonrisa me sale agria…
incluso siento que perecedera
mientras el frío me reseca mis adentros
y se apaga el pábilo de mi llama
antes tan ardiente y hoy en sutil
y evanescente decadencia.
María Toca
Santander-10-05-2019. 23,56.