Me voy a salir de la piel,
esa que me cubre y protege;
saldré de ella, con cuidado,
de mañana, temprano…
cuando despierte y contemple
el amanecer, atrapando
el alba con mis manos.
Me escaparé por los rincones
que deja el suspiro de mis poros
abiertos, y en espera de aires mejores.
Sacaré con cuidado las viejas promesas
que me hice, cuando joven
y olvidé, al contemplar aquella mesa
donde me aposenté con harta paciencia.
Saldré a hurtadillas por mis ojos
dejando la visión de pecados ocultos
en el anaquel de los viejos olvidos…
Luego, cuando ya me haya ido,
veré de contemplar la zarahurda
que dejo a mi espalda
ordenando los sujetos de mi miedo
culebreando dentro de un espejo.
Me iré, escaparé de esa piel tan tatuada,
por las manchas que hace el vivir
y las viejas cicatrices de esapanto,
dejaré las escaras de vidas pasadas
para renacer en otra casa
esta vez, hermosa y ordenada.
María Toca
Santander- 28-05-2018, 19,47.