Levanta el vuelo, como rapaz enamorada
cada mañana al arribar el sol a su morada,
apenas lo deja entrar, por la ventana
que arropa con sus ojos en vacío
de una cama, solaz, bien abrigada.
Se eleva por las techumbres y veredas
en busca de un nido donde dejar la buena nueva
y tomar los lirios del amor bien espantados
como se dejan en el anaquel, bien ordenadas,
las cosas importantes que no esperan,
ni se libran de volar hacia la yerta
mirada de cincel algo afilada.
Ave rapaz, o dulce jilguero que nos canta
en la esquina de los campos, o en la empinada
cuesta que nos hace domeñar cada mañana
escondida entre las ramas
de una arboleda perdida,
entre visiones y repleta
de ilusión, esperanza y una escueta
canción aprendida, rauda,
tal que escorzo de la vida, escarmentada.
#MariaToca
Santander-5-3-2017/17,37.