Esa sutil mirada me acompaña,
por momentos se vuelve hasta caricia
que atenúa el cansancio de vivir
cuando me afecta
y otras, me impulsa a seguir
en pos de caminos,
de trochas escarpadas, sin lamentos.
Esa fuerza que impele tu lisonja
la siento cercana, como el soplo del aire
que roza mi ventana,
o el viento, que de noche
retoza por mi pelo,
cuando, en calma, me asomo
como siempre, a la ventana
y entablo contigo la contienda,
o te cuento, las cuitas cotidianas.
Por eso, aun siendo dura la batalla
que, incierta, comienzo cada día,
la emprendo con confianza y sin desvelo,
porque siempre, me siento acompañada
por tu fuerza, tu amor y compañía.
Por eso, y por mi fe en ti, soy invencible,
por escarpada que sea la montaña
me impele tu amor y mi confianza.
Santander-10-1-16. 17,30. 720 días sin ti, pero contigo.