A veces el desamparo y la soledad
mellan el tiempo, condenando
a un triste devenir, las horas en que vivo,
en las que voy andando,
sin pauta y con penuria
de lo que se quedó en el camino,
desgajado de un árbol que creció
sin forja y sin destino.
A veces las horas se cumplen
como condenas, hueras, vacías,
dejando el poso de la estática razón
en aras de un destino ineludible,
por vago, por impreciso;
y los sueños, se tornan,
de momento imprevisibles.
En momentos de desespero o sinrazón
torno los ojos, te miro y veo
que la calma cae, cual rocío
en un alma, que se seca,
o desespera, depende del momento
y sin ti, se quedaría sin razón
ni camino, ni pensamiento.
Por eso, casi siempre, vuelvo los ojos
contemplo tu retrato y rezo
a ese dios que convirtió el destino,
que vivimos separados,
por un cuerpo, un alma, un soplo de aire
apenas, nada.
Rezo, y oigo tu voz,
me muestra las veredas
o me calma y me apacigua,
aunque solo sea un rato y sin motivo.
Santander 4-5-15. 16,30. 468días sin ti pero contigo.