Quisiera que el tiempo hubiera ya pasado,
despertarme, por milagro, en unos años
cuando el recuerdo, el dolor
que ahoga mi garganta
con el tiempo, se hubiera mitigado.
Dormir, quedarme quieta en un momento
y despertar cuando el velo de los años
no nublara la vista del pecado
de amarte y no haberte salvado.
Quisiera pasar sin darme cuenta
por los meses, los años y los días,
en que mi frente se quema y hastía
de doler con tu dolor al lado.
Y si no fuera posible despertar,
da lo mismo, pues dormida
no siento el dolor que lacera y hiere,
ni el recuerdo de tu rostro amado.
Por eso, hoy quisiera poder
olvidar y no sufrir más daño
con la tortura de saberte lejano,
perdido de mi tiempo y de mi mano.
Santander 16-8-14, 18,37. 209 días sin ti.