Se me cruza la tarde
entonando el recuerdo
de cuando tú compartías
el tiempo y la memoria.
Cae el sol, a plomada
entre las tibias horas
en que todo se diluye
y la turbia templanza
se asoma por levante,
mientras las horas pasan
y mi frente se nubla
con la lenta pisada
de las nostalgias viejas
y las lentas vigías.
En estas tardes y otras
añoro tu presencia,
tu mirada cansada,
y tu voz anhelante.
Recojo los recuerdos
los archivo despacio,
mientras me hago
con la calma pensante,
un hueco, en el vacío,
que me queda delante.
Santander-23-8-15. 20,31. 580 días sin ti, pero contigo.