En el rescoldo del fuego que fue mal apagado
encuentro los recuerdos de aquel tiempo
que incendiaron calles, esquinas y tormentos
y se nublaron con lunas al asalto
mientras tú y yo nos contemplábamos
y compartimos un cielo conocido.
Apenas quedan momentos
en el anaquel de los recuerdos:
unas fotos, algún poema, un buen libro;
los posos de la pasión bien atendida.
Suficiente, amor. Fue suficiente,
tenerte el escaso tiempo que estuviste.
Suficiente, para sellar mi fantasía
con tus palabras entretanto mis labios
en los tuyos, fueron hollados,
mientras la piel se desnudaba
con la tibia caricia de tus manos
y se abría la copa de ambrosía.
Se apagaron los fuegos que urdimos,
apenas quedan chispas de pecado
mas en el recuerdo, se escondió
por mucho tiempo, bien sellado,
la senda en que me caminabas
y yo huía, como un animal muy asustado.
Santander-8-5-2016. 19,34.
Para V. A. Nos envidiaron los dioses.