Hay ojos que ven lo que no ven,
lo difuso, lo ajeno, que se oculta
al discurrir de miradas airadas
de esas que se escurren por lo bello
incrustándose en el cenagal de lo que apremia.
Ojos que siembran cosecha de verdades
en tierra baldía de triunfo, amparada
en sueños y desesperos variados,
que, a contrapelo de la lógica,
ven caminos entre la niebla. Encrucijada
donde se prestan a guiar a cualquier alma.
Ojos, acuosos, iluminados, que circundan
la verdad a toda hora, dejando fuera la vesania
y labrando luces de esperanza.
Ojos de siembra falaz. Esperanzada,
que, de antorchas, llenan la vereda,
miradas plenas, que atraen como el imán.
Ojos de verdad acidulada.
Santander-13-11-2013. 14,19.