Ahora que lo pienso, nunca en tus sientes
se posará la nieve,
ni la sombra teñirá tu mirada,
ni se cuarteará tu piel, con el paso cansino
de los años, los sucesos y la desesperanza,
que deja huella y horada el lustre de una tez,
al pasar el tiempo y seguir el camino.
Nunca tu cuerpo cimbreará
con el peso de los años pasados,
ni la sonrisa se apagará en tu boca,
tampoco, la deformará un rictus de amargura
que a veces, se nos queda, de vivir demasiado.
El tiempo se detuvo a tu paso,
se quedó cuajada la imagen
de un hombre bello, rozagante, orgulloso,
como son los preferidos de los dioses,
esos que el Olimpo llama, con la voz exigente,
para tenerlos cerca, rodeados de luz.
Quizá por eso, te perdí tan temprano,
para que no se ajara tu piel en la memoria
y se quedara para siempre tu belleza en mi mano.
Santander -15-3-15, 17,44.419 días sin ti pero contigo.