Los ojos se asoman al abismo
atraídos por el lento mirar
que tiene ese mar bravo y espeso.
Se asoman al olvido
al lento caminar, que lleva
por camino el viento
y el soplo de vida que hay detrás.
Miran, ven, escrutan
los ojos, hambrientos de señal,
ante el cielo prometen
que no habrá más fronteras
que hallarán palabras sin usar,
que no dichas, suenan embravadas,
como paz, amante, libertad,
Los ojos se asoman al abismo
asustados, quizá de esa inmensidad,
escrutan acolchados
tornadizos, ante las olas de espuma sinuosa.
Oscuros pájaros otean
el horizonte desde este enjuto pinar
que mece con sus ramas
el aire espeso; gimen
en mil gritos, los que antes, pararon sus ojos ,
como yo, tornaron a mirar
el incesante llanto de la mar
Santander-25-8-2013
Mirando hacia Mataleñas.