Cubren las sombras
la tarde calmada, que espera,
a una noche, de quebrada penumbra
y entre las luces diurnas
la nostalgia ilumina
el aposento vano,
donde queda el alma
aposentada; y lentamente
se va cubriendo el cielo
de unas pequeña umbría
envuelta entre montañas,
que nevadas, observan el mundo
a sus pies; a su espalda, la nada.
La nada como algo cotidiano
que suspira por irse
hacia lugares, donde se envuelve la materia
de una tornasolada y abrupta melancolía,
tibia como la muerte y ensarte
mi alma con tu huida.
Santander- 6-12-14, 16,54. 320 días sin ti pero contigo.