Cualquier herida me vuelve a la tuya
como si no hubiera pasado tiempo
y siguiera en duelo todavía;
el dolor, es el mismo, aunque no sea
de la misma manera producido.
Todo suceso me envía unas señales
que se reciben en el centro de mi pecho,
son como puñales bien clavados
que ni tan siquiera se mueven de su sitio.
Por eso, te cuento, que toda herida
me revuelve el miedo y el hastío
de volver a doblarme como el junco
y no volver a enderezarme nunca.
Cualquier herida, es la misma,
todo dolor me remite al sentimiento
de haberte perdido y no encontrar
ni un momento de descanso en el estío.
Por tanto, debo tener mucho cuidado,
andar presto a no entrar en el infierno
no sea que en una de esas excursiones
no encuentre, la puerta de salida
y me lleve el viento a su guarida.
Santander-1-1-16. 10,51. 711 días sin ti, pero contigo.
Ese es en valor de la palabra, drenar el dolor, compartir sentimientos mientras se licúa la pesadez del sufrimiento. Gracias por leer, por compartir y por acompañar.
Eso hago, muy alerta…