Hay un foto que nos ha saltado a los ojos, que resume bien la época por la que atravesamos. No, no es la de los líderes triunfadores, o derrotados de elecciones vascas o gallegas, o la de esos barones que se sulfuran en defensa de no se sabe bien que esencias patrias y engullen a un partido con hambre atrasada. No. La foto, que para mí, define esta época es la de la creme de la creme financiera española sentada en un banquillo, acusados por la menudencia de haber gastado en putas, lencería, alcohol, spa, comilonas, viajes, safaris 15, 5 millones de euros que luego tuvimos (sí, ustedes y yo) que reponer para que la banca no quebrara. Y ya se sabe que mantener la banca activa es lo más importante que tiene un país. Cuidar sus enfermos: no, cuidar la cultura: no, cuidar la educación, ciencia, investigación: no. Sabemos que lo importante, lo que hace avanzar la patria, son los banqueros¿?.
Por eso, sentarlos en un banquillo, es demoledor. Reconozco que me ha impresionado, incluso hizo subir mis pulsaciones emotivas, bastante alicaídas en estos tiempos, todo hay que decirlo.
Imagino que esos tipos importantes, van a jugar fuerte. Intentarán desacreditar a la acusación, decir que no es para tanto, o que no es cierto, o que se lo ganaban por su “magnífica gestión” al mando de quebradas cajas, que poco antes del desembarco de estos sujetos, eran rentables, incluso con una gestión social importante. Los que se sientan en el banquillo van a contar al juez muchas cosas. Intentarán desacreditar las pruebas, decir que es falso lo que ellos mismos escribieron en la confianza de que nunca jamás iba a llegar al gran público. Porque ya se sabe, son los dueños de la finca, y ustedes no saben con quienes están hablando. Estos tipos, que se han llenado la boca con la excelencia, con la retorica de que la derecha sabe gestionar el dinero (luego resulta que en un año el Ayuntamiento madrileño, gobernado por perro flautas, ahorra 871 millones, según publica el poco sospechoso periódico El Mundo, pero da igual, ellos siguen con su matraca). Como les digo, esos tipos que hoy y durante unos días se sientan en el banquillo, son el resumen de esta España que algunos/as pretendemos eliminar. Son la historia viva de los pelotazos, del encharcamiento social que nos ha manchado a todos/as.
Hoy los niños de mi Comunidad Autónoma van al colegio con mucha precariedad. Lo salva la solidaridad y las buenas prácticas autogestionarias de unos padres que se rompen la cabeza para pagar los más de doscientos euros, que gasta, por ejemplo, una niña de cinco años (sí, me han leído bien). Lo hacen a pelo, sin subvenciones, porque hay que ahorrar, hay que apretarse el cinturón. Para que los señores que hoy se sientan en el banquillo fueran de putas. Que es lo propio de un país de bandera rojigualda, que canta a pecho pleno: “soy español, español, español”.
Hoy, la sanidad boquea de inanición, la ciencia para que les voy a contar, la cultura se muere de hambre. Lo único que puede darnos una incierta esperanza es ver esta foto que nos muestra la jeta de unos sociópatas, de unos terroristas económicos sentados en un banquillo. Esa foto, demuestra que somos muchos/as los que nos empeñamos en detener la sangría. Aunque nos digan que no somos patriotas, o que somos de la cáscara amarga, da igual. Somos muchos y hoy tenemos sentados en un banquillo a unos canallas. Déjenme disfrutarlo.
una pequeña alegría, porque intuimos que no pasará mucho, pero esa humillación, esa imagen, se nos queda en la retina. Habrá más, costará, pero se puede hacer mucho.