Tal que el aire, fugaz es la vida,
tal que el viento que barre madrugadas
se me enlentece el alma al contemplar
como entre los suspiros, se me marchó la vida
y se me quedó en nada
la visión de esta tarde.
Cual espejo moteado, contemplamos el día
sin apenas notar el paso de los tiempos
que nos llevan, difusos, de la mano,
corriendo, en pos del camposanto
y de yacer muy juntos.
Cual espesada niebla, te dibujo en el aire
y te siento tan cerca, hasta casi tocarte.
Al caminar despacio, y dejarme que el viento
me azote en la cara, contándome el devenir…
así, quedo, en silencio, te me acercas y vuelvo.
María Toca
Santander-05-01-2018.21,48.