Callando, escuchando muy quedo,
se percibe el momento en que el murmullo fluye
y se siente cercano
el susurro del viento
aquel que trae, lejano,
las palabras perdidas de un incierto momento.
Esas voces tan quedas, me dicen,
me susurran en el oído, quedo,
que aunque no estás presente
te quedas en mi casa,
enroscado al aliento
que impone a mi vida
tu presencia y tu suerte.
Tu cuerpo, lo que era,
hace tiempo que no están conmigo,
pero el soplo de ese aire
me cuenta al oído, que el murmullo del viento
trae tu voz, cuando ,
apostada de noche, quieta, callada,
en mi ventana, escucho el silencio
que se me envuelve
entre susurros vanos
que lleva ese viento,
y se enrosca en mi mano tendida.
Porque hoy, como ayer, como mañana y siempre,
aunque te hayas marchado
la esencia, el corazón, el pensamiento
y el alma: sí estás conmigo.
Santander 28-12-14. 13,46- 344 días sin ti, pero contigo.