Desdibujarse, cincelar un tímido rescate
que me lleve al punto de partida,
allí, donde se une la gente con la vida;
troquelar los puntos que dibujan
un cuerpo vacilante
con el alma que sestea, y al instante,
saber que todo lo pasado fue un sueño,
que labra con su cincel de sombras
la vida que se vivió sin duelo.
Diluirse en sombra renuente,
cansarse de no ser, de gritar fuerte,
para que se escuchen las voces
y no siempre, se encuentre
el paso por la frente
que cercada de nubes, se estremece,
porque lo que se nubla
y sin piedad se quiere,
suelen ser siempre,
sombras de una mirada sin presente.
Santander 22-7-15. 17,50. 548 días sin ti pero contigo.