Esta tarde estrellaba el sol su luz,
sobre mis ojos, como entonces,
en el cielo correteaban una nubes
que apenas jugaban a esconderse
dejando su destello
sobre el mar que sutil, se estremecía.
Una música, un estallido de nostalgia
y un recuerdo, como entonces,
me dejó varada entre nostalgias enconadas
y tristuras, apenas, recobradas.
Llegó el recuerdo, escapado y renuente
de una historia olvidada
vivida a contrapelo, como entonces,
cuando la vida se estrenaba en cada esquina
y el tiempo descubría los procesos
de la vida. Era entonces.
Y llegaba hasta mí, como un látigo
restallando en la memoria
solapando las esquinas de la vida,
como entonces, que la vivía
como se vive, comenzando
la temprana comisión de la inocencia.
Entonces, era joven, alegre, aún creía
que, a golpes de impaciencia,
forjaría una vida con constancia
sin el esfuerzo de aquilatarla
a golpes de vivencia
con argamasa de lágrimas y ausencias
cimentando los cimientos con errores
de esos que se pagan con presteza.
Esta tarde, cuando el sol calmaba mis espantos,
y la música sonaba en mis oídos, escuché,
como entonces, tus palabras:
“brillan tus ojos y verdean,
con la luz difusa de la tarde”.
Y yo creía que aquel amor estrenado
maduraría, sería refugio y argamasa
de la vida. Entonces, me creía
arropada y al socaire de la muerte.
¡Qué inocente!
Fíjate, lo que una sola canción
trae de vuelta, como si fuera un tren
varado en una estación cualquiera.
Santander-26-6-2016. 20,06