A veces, sólo a veces,
la soledad preludia a la calma,
la mañana, antecede a un lento declive
que en la tarde mezcla colores
y forma un cuadro inabarcable
que se puede, sin tino,
confundir, con la felicidad.
A veces, solo a veces,
se huele el romero a lo lejos,
la brisa nos mece
con un suave susurro
y nos dice al oído,
una canción de cuna
que adormece el espíritu
y al despertar, encontramos
el tiempo detenido,
y nubes escarchando
un cielo con olvidos.
A veces, en momentos,
me nazco y me apaciguo
como si no hubiera detrás historia
ni nada que olvidar.
Otras, en cambio,
vuelven las hogueras
a calcinar los versos
incendiando el ocaso
que poco antes, era remanso y paz.
Así, entre guerras y roces
se me trascurre el tiempo,
se me diluye el miedo
y puedo continuar.
Santander-24-1-2016. 18,34.