No es bastante: homenaje.

No es bastante

haber cruzado de tu mano estrellas,

caminar por la senda que marcaste,

alegrar la madrugada con tus ojos

que desde la pared, me miran con dulzura,

no exenta de un amor infinito.

No es bastante.

Haberte tenido en mi seno unos meses,

alimentar con mi sangre tu hambre.

No es bastante.

Deshacer el nudo del dolor, cada día,

con la mano, floreada de esperanza y de lucha.

No es bastante.

Que regales primaveras y rosas,

 escuches mis lamentos

mientras, callado, me esperas en tu sitio,

entiende, hijo mío, que no es bastante.

Que de cuando en cuando, una caricia,

un vuelo inesperado,

calme el dolor de mi herida.

No es bastante.

Porque sigo sintiendo la querencia,

el ansia, de abrazarte, de mirarte,

sentirte cercano, al lado, arando el destino

mientras contemplamos la simiente

que sembraste y dejaste conmigo.

No es bastante.

Necesito tu risa, la mirada constante

que me dirigías, soslayada de una tenue ironía,

necesito ¡Dios cómo lo necesito!

siempre, tu compañía.

Por eso hoy, que hace un solo año que te fuiste,

te digo: No es bastante,

porque cada día que pasa

ansío tu presencia. Más que nada ni nadie.

Y te digo, hijo mío: no es bastante

19-1-15. Un año sin ti, aunque sigues a mi lado.

Solo puedo agasajarte con las palabras que salen del corazón, mucho más que de la cabeza. Este es mi rezo, esta es mi plegaria. Esta es mi vida. Para ti, por siempre.