Tú no sabes cómo se me queda el alma
cuando recojo el volante de mi falda,
y me apaciguo en el silencio de la noche;
me quedo quieta, escondida, allá en mi casa
donde nadie me ve, ni contempla
la tristura, la desazón que me embarga.
Se quedan quietos los ojos
y la escarcha de mi sonrisa, se cuartea,
allá, en mi casa. Callada,
templando los recuerdos y la rabia.
Donde nadie me ve,
mi tiempo, estalla.
Se me nubla la serenidad,
se cae del alma, la tristeza
bañada de añoranza.
Cuando nadie me ve,
se me desata, a veces,
una rabia callada,
que nadie escucha ni nombrarla,
porque la llevo al papel,
la desgrano, como ahora,
aquí, en la soledad de mi ventana.
Santander 19-10-14, 13.00. 9 meses sin ti pero contigo.
gracias Juan…
Juan no se lo que soy. Muchas cosas. Y escribo porque vivo y vivo para escribir. Publico poco, pero todo llegará
Gracias Patty, es lo bonito de la poesía, conecta emociones
Siii. Y me encanto. Dibujante una gran sonrisa en mi cara