Se repiten los días, como lenta agonía
y se siente lo mismo
que ayer se sentía.
Se repiten los logros, los fracasos
las músicas que escuchaba
al oído de lo que más quería.
Y la lenta agonía que adolece
la pérdida, el tiempo que se marcha
y deja huella firme
en la piel, horadando cual sima
con caminos de barro
y estelas que ha labrado la piedra.
Mientras la frente amplia,
se marchita, quebrándose en perfidia
cubriéndose de nieve
tornándose de plata
el cabello que antes relucía.
Mientras el tiempo pasa
y el futuro repite
el sonsonete firme de una lúgubre historia.
Hoy, mañana, ayer.
Disidentes del tiempo
que acorta los estigmas
de soledades hueras
y de perdidas vanas.
María Toca
Santander 13-05-2018. 0,07