Sombras. Sombras que me acompañan
al unísono de pasos elevados
que soliviantan mi nada cotidiana
y acompañan el soliloquio certero
de este camino sembrado de vanas esperanzas.
Sombras, que en su contenido son exactas
a los sueños vertidos en el vetusto espejo
donde contemplo mis canas, mi vida
y mi sentencia, que se desliza rauda por el flanco
donde se unifican los problemas y los sueños.
Sombras. Sombras que vierten encendidas
en las controversias de un mañana, incierto,
como todos los futuros contenidos
en la frágil vasija de la esencia…
Sombras, fieles compañeras que me asisten,
cuando la noche se me adueña
y el mañana se presta inexistente
o abochornado de un presente
que se diluye entre las vanas esperanzas.
Sombras…amigas, hermanas, compañeras.
María Toca
Santander-02-09-2018, 11,08.