donde el alma se esconde
llegándole la brisa que nace cada día
de un viento tan leve
que limpia los escombros
de variadas tormentas.
Umbríos, los rincones
como los pensamientos…
dejados al recaudo
de un temporal que amaine
cuando cese la lucha
que siempre mantenemos.
Son rincones pequeños
son nuestros paraísos.
Encumbrados, sencillos,
como los arborescentes
recuerdos que se guardan
en la alacena aquella
de nostalgias repletas.
Ungidos, como príncipes
de pequeñas sorpresas
y gran algarabía.
Pequeños, los rincones,
livianas las esperas
teñidas de esperanza
y de una dicha tan vana
como escueta es la marcha.
A veces nos tomamos la vida
en serio, mas todo es ironía
y es solo que se anda
entre esos rincones
escondidos que al alba.
Nos ofrecen la calma
manteniendo los fuegos
que la pasión espanta,
colgando del destino
la suerte y la desgracia
que nos da fuerza y brío
para seguir viviendo.
María Toca Cañedo©
Santander- 8-08-2024. 10,20