Tiempos en que el día se cerraba entre amanecidas,
sonrisas y amores desatados,
que el despertar me hallaban cruzada
en brazos tan impíos cual soñados,
mientras el sol desnudaba nuestros cuerpos
y la brisa del ventanal apaisaba mi cabello,
dejando el cuerpo en abandono y el sueño
decorando el pestañeo de mis ojos.
Tiempos con dulce sabor de madrugada
cultivando la pasión desalentada…
Tiempos, donde el escorzo de la juventud me rodeaba
campando por esquinas, de risas contagiadas,
que llegaban escondidas entre las ramas
del un incierto jardín, donde habitaba.
Días breves…noches largas
que se amenizaban entre hogueras
de tormentas pasionales, desatadas
cual fuego fatuo…y luego despeñaban,
huidas, entre alforjas y otros cuerpos
que atinaban, cual fantasmas,
dispuestos a cubrir los olvidos del pasado.
Esa luz de la luna me bañaba,
peinaba mi cabello, me adornaba .
Era joven, alegre, aunque ya asomaban las heridas
que poco a poco dejaron la carne macerada.
Hoy, en cambio la plata me adorna, cual bisel,
los cabellos, ayer lustrosos, hoy tristes y apagados
que peino con desidia entre las nubes
que retornan cada noche a mi morada.
Camino más despacio, hago versos en mi almohada
me acuno entre dulces melancolías
y duermo abrazada a soledades
mientras espero retornar al punto de partida
entre controversias, y mentiras bien contadas.
María Toca
Santander-12-04-2019. 13,22.