Necesito abrazos que calienten
sin sentir que son mercenarios del amor,
ver gatitos en la red, que me rediman,
que me cuenten mentiras adyacentes
y luego, que me canten una canción de cuna.
Necesito ver algo de consistencia,
amanecer, ver la luz de sol
asomarse, calcinar la vivienda
y luego, si puedo, despertar envuelta
en una manta que amortigüe,
el ruido de estar viva.
Necesito desertar de tanta connivencia
con la traición que acecha
vestida de estupidez congénita
aunque disfrazada de formas
ambiguas y sociales .
Necesito, orar a un dios que sea pagano,
que no pida fianza ni fidelidad ciega;
comprender, que me comprendan,
pero sobre todo, necesito el calor
de la verdad que ansío.
Reconocerme, sentir que cada paso
está a la altura de exigencias
que solo yo me pido, y concederme
el beneficio de equivocarme sin rubor.
Aunque, si lo pienso, solo necesito
un libro, buena música, y un techo.
Con ésto y poco más, considero
que sobra. El abrazo si existe, mejor
pero no es inexcusable
ni imposible.
Santander-4-1-12. 15,38.