Tengo un arma feroz
que se llama, palabra,
con ella deshago entuertos
y luego, con un poco maña,
me siento esculpiendo
universos lejanos.
Esa es mi espada,
que se llama, palabra,
con ella conquisto
ríos, vientos y mares,
los junto, los visto
y los llevo muy cerca,
de donde yo me halle.
Espada flamígera
que lanza dentelladas
al silencio, al dolor,
a lo injusto, al miedo,;
con las fuerzas quebradas
pero con el empeño
que pone, la palabra.
Mi arma es eficaz,
que se llama, palabra,
la calzo con fuerza
la enhebro con ganas,
y luego me la guardo
para cuando esté sola,
encerrada en mi casa.
Se llama, palabra,
amiga, aire eficaz,
compañía, con quien comparto
y que gracias a ella
la cordura no huyó,
cuando el cielo era gris
y la noche cercaba.
Santander-2-5-2016. 20,22.