Siento que me la arrebatan,
me la hurtan o amilanan
con el cobarde tintineo de unos sables,
invisibles que relucen entre sombras
zigzagueando sobre nuestras tímidas cabezas.
Siento que robaron silabas atonas,
consonantes, rimas despegadas,
como hilachos pasionales
que hasta hace poco salían en tromba
e inundaban mi regazo. Era disfrute
ver crecer un poema sin esfuerzo
ni menoscabo de ilusiones concentradas.
Poco a poco me los llevan,
los roban con la lentitud del artificio
y siento que en vez de lírica y borrachera de poesía
me brotan exabruptos, dialéctica epistolar
-disturbios que intentan entender la nueva vida-
desbordada por la ola de cruda realidad.
Me robaron la poesía,
ese verso pequeño, compuesto en soledad,
entre silencios, a veces plañidos del alma
alimentados por añejas nostalgias y penumbras
de esas creativas…quizá hasta placenteras.
Ahora solo resta el discurso,
la diatriba, lucha cuerpo a cuerpo
con la amarga realidad de un tiempo
que se nos nubla a poco de empezar.
María Toca Cañedo©
Santander-29-04-2021. 18,00