Cada noche me asomo
al fondo de mi alma
donde me encuentro siempre
una plegaria vana,
que me impulsa y me agrede
hacia el mismo camino,
el que lleva, despacio, inexorable
al fondo de mi misma.
Allí, crece una rama
florida y verdiblanca,
la flor de un tibio aroma;
el fruto me estremece
de piedad y de furia,
a veces, y de espanto, las otras,
porque allí es donde reside
el amor que me hiere.
En el fondo del alma
habita con derecho
el que se fue y se hizo brea
de mi puente y me guía
hacia la mar océana
derivando en la vida
buscando el tibio refugio
de un muelle protegido
que se encuentra contigo,
unidos más que nunca.
Santander -5-12-14. 1,21, 319 días sin ti pero contigo.