De pronto me doy cuenta…
te me vas, te me alejas
y yo… sigo adelante,
con la mirada puesta
en el camino recio
que nos resta de andar,
aunque esté tan distante.
Te contemplo lejano
con las gafas bien puestas
recorriendo los pasos
que me quedan, andando presto,
como si en vez de zancos,
te calzaras
unas alas bien grandes.
Te escapas, alejándote
de mi casa, y mi frente
que sufrirá la ausencia
mientras sigo en vano intento
de recordar tus ojos
y la sonrisa tenue
que portaban tus labios.
Al marcharte tan lejos
también, se me huyeron los miedos
y nunca la más la muerte
se tornó amenazante.
Te me vas…te me alejas
contigo va mi miedo,
mi ternura, mi mente
que en vano intento
lucha por conservar
la imagen y el gesto
que doliente, me dejó en barbecho
dejándome un invierno
sola, gélida y doliente.
María Toca
Santander-16-12-2018, 12,25.