La tarde en calma,
el leve viento susurra en el oído,
que hoy ya fue bastante
de sentir, de ver la oscura mano
de la vida, en leve caricia por el vientre,
oculta del miedo, dentro, muy dentro,
hasta hundirlo, y que no se abra camino
por la senda, impregnada de lava, en el destino
que trazó con cruda fuerza, sin piedad,
ni atisbo de sonrisa hacia mi cuerpo.
Así, con todo, los pasos vuelan hacia fuera,
andando, trazo la triste sementera
que fue un sendero de vida,
tan solo consuela en la andadura
que ya queda menos para llegar a meta
y descansar, después de la carrera.
Santander 15-11-14. 18,40. 299 días sin ti pero contigo.l