Si con pasar hojas del calendario
calentara, de nuevo, como antaño,
un brioso sol de madrugada.
Si con pasar las horas y los días
se calmara la tormenta
y el dolor se atenuara con sigilo,
harta, sé que correría en pos del ciclo,
el futuro sería bien preciso,
y yo fuera rauda a recorrerlo.
Lo triste es la consciencia, que poseo,
de que hay heridas crudas
que no curan, ni cicatrizan con la hégira.
Sé, porque conozco la tortura
de ver pasar el tiempo con paciencia,
esperando que cure, se temple la amargura
y vuelvan los días opacados de rutina,
esos, que discurren sin apenas rozadura,
sin dejar poso, ni recibo en la memoria.
Cada día, se libra una batalla retornada,
contra el tiempo; una victoria, cada hora,
buscando cura o al menos un cadalso
que me libre de la sangre y el espanto.
Santander-28-11-14. 9,55-342 días sin ti, pero contigo.