Luces y sombras, en espera
de que lleguen visitas importantes
esas que a la vuelta de los años
se convierten en aparente
y sencilla, gente corriente.
Pasamos el día en arrogante
desprecio del presente
augurando felicidad y albur futuros
que han de llegar, en un instante,
desoyendo el momento
y dejando fluir, sin arañar
el enunciado de los pasos que se dan.
Por eso, porque solo tenemos el ahora
prometo, darme cuenta del instante
en que vivo, respiro o miro al cielo
sin dar pábulo al futuro
ni dejar de jalearme con la muerte.
Santander-4-12-2016. 20,40.