Hoy se vistió de gris la casa entera
con densas nubes adornando las ventanas,
volteando los visillos y entrecortando los afueras
tal que fueran cortinas estiradas.
Hoy desperté entre tinieblas
observando, contrita, que las montañas
fueron decoradas
con largas nubes, barrigudas, que opacaban
la tenue luz de esta mañana.
Me vestí, lenta, entre grisuras concentradas
hasta que un disfraz bien colorido
tapó las angosturas y espingardas
gritando su color al entoldado.
Se me decoró la casa de grisuras
aplomándose los grises por toda ella
mientras el sol huía bien herido
hacia otros confines más austeros.
Los brañales quejumbrosos
y las florestas lucían hoy plenas
de graves tristuras concertadas,
vestido de plomo, el paisaje,
ungido en el agua matinal que bautizaba.
Hoy me amaneció de gris en mi ventana
decorada la calle con guirnaldas
de nubes panzudas que bailaban
al son de lúgubres escarchas
mientras de lejos, sonaba, triste,
un solo de guitarra que lloraba.
María Toca Cañedo©
Santander-20-11-2024. 20,48