En las cajas donde guardé mis alas
se encuentran, plegadas
y fundidas con ellas,
unas cuantas miradas,
alguna sonrisa, experiencia
y mi tiempo, que lo perdí
volando sobre la vida estéril.
En esas cajas, tengo bien guardado
aquello ojos con los que contemplaba
el suelo, mientras, contenta me elevaba.
Están las uñas, con las que defendía,
cual leona, la libertad urdida
y un número impreciso
de mis lágrimas, lloradas
de soslayo, cuando nadie veía.
Lo guardo en anaqueles bien cuidados,
ajenos al tiempo y las visitas,
para sacarlas, de cuando en cuando
y volver a ponérmelas un día.
Con ellas, me sumiré en el destino
volaré hasta el cielo infinito,
allí, donde me guarda espera
aquél, que amé y marchó un día,
impreciso, errático, que por ello
apenas recuerdo, mientras malvivo.
#MariaToca
Santander-5-2-2017. 19,29