Si por soñar, te soñé
cuando tus penas cantabas,
que poco sabía yo
que tu voz premonizaba,
las mías y mis pesares.
Tus poemas, tu vivencia
hacían huella en tus sombras,
caminabas delante, de unos pasos
que marcharon por tus sendas
a sabiendas de que soñabas
caminando de avanzada.
Cantaste al dolor de frente,
dejaste bregar los ojos
por los verdes de tu tierra
y llevaste la saudade
hasta el alma de cualquiera.
Por eso, hoy, Rosalía
te aclamo como mi guía,
como mujer, como madre
y como poeta fiera.
Santander 25-2-15,11,59- 401 días sin ti pero contigo.