Ese plomo que cae del cielo, herido,
ensalmo, compañero y acicate,
ese plomo, que dibuja un mar oscuro
me calma, estimula y estremece.
Lo contemplo entre heridas conocidas
unas veces, otras, a través
de lágrimas ardientes
o tan solo, padeciendo indiferencias
que se llevan el calor hacia poniente.
Cuando pesan los tiempos demasiado
y la sangre se escarcha con el frío
vuelvo la mirada hacia tu espejo
y me cubres con tu ensalmo renuente.
Ese mar aplomado, evanescente
que ruge como fiera, encelado,
ese mar, le hice compañero
de cuitas, esperanzas y recelos.
A él, vuelvo los ojos caminando
cuando el peso del tiempo me devora,
su rumor me acuna y enamora,
ese mar, tan amigo, que estremece.
Mientras la bruma se pasea por mi vida
él, con mimo me acaricia, me calma
y mitiga las viejas destemplanzas
mientras aleja los fantasmas, los fondea
los lleva lejos, detrás de la marea.
31-5-2016. 18,45. Hoy cumples la vida que no tienes. Hoy te nací, hoy me naciste.