Hay abajo un mundo oculto y encerrado
donde se guardan las piezas bien amadas
y se diluyen las cicatrices que labraron
a golpe de cimitarra afilada.
En el sótano del edificio oscuro
donde se guardan fragmentos que han quebrado
entre miradas de odio, soslayadas
y figuras quietas y encerradas.
A veces visitamos la guarida
donde se esconden sombras al acecho,
por un rato, contemplamos el desfalco
que la vida nos hizo con despecho.
Luego tornamos al mundo en que habitamos,
cerramos la puerta con cerrojos
y amainan los recuerdos poco a poco
para quedarse quietos entre guanos.
Tornamos a nuestro mundo sin recuerdos
que siguen encerrados en la cripta
a contraluz y lanzando aullidos cada poco.
María Toca
Santander-29-09-2019. 10,59