Ruido, sables cruzados, ruido,
marejada de voces, ruido, sombra de nácar,
hoy, todo son voces que claman y porfían.
Ruido, sables y voces, que suenan en el vacío
y no dejan oír la voz y el canto,
de la paz, del sonido y del río.
Me encoje el alma, el sonido
de tantas voces, y sobrecogida
me lanzo en brazos de la sombra
que alerta mi camino, por la calle
que forman los pedregales mudos
y me imploran, que calle, que no diga nada,
que me esconda,
donde no hay ni voces, ni miradas
que alcen su voz y mi zozobra.
Santander 3-2-15, 19,39. 378 días sin ti pero contigo.