Palabras que son balas.

A veces las palabras son balas

que disparan, hieren, entran en la piel,

desgarran lo que tocan

se quedan con un trozo de alma

desgajado de vida ,

o se nublan como el sol en ocaso.

Palabras disparadas en forma de metralla,

inciertas, que llegan a lo hondo,

socavan la carne, la dejan sin retorno

y destrozan lo que hay alrededor.

Quisiera lograr la  impunidad,

ser  inerme a las balas,

blindada cual escarcha

caída en madrugada.

Tener la piel de corcho,

huir de la espesa manada,

salir del mundo, fundir mis alas

sin que las alcancen el plomo ciego

de esas palabras-bala

que hieren y ametrallan.

Luego, en el silencio, me pregunto despacio:

¿qué serías yo entonces?

pájaro muerto o vida inerte.

Me contesto yo sola; y aunque duela,

desangre, y queme: estoy.

Aunque las palabras  ultrajen: soy.

Santander 29-10-14. 20,11. 280 días sin ti, pero contigo.