Fíjate que sin creencia ni dobleces
me sorprendo, a veces, rezando
haciendo jaculatoria en la mente
y rozando con el rosario tu simiente
esa que prendió recia, hace un tiempo
y que yo riego, con calma y con paciencia.
Las preces llevan alguna lágrima escondida
y la tranquila seguridad que algún día
me reúna en el cosmos con tu esencia,
mientras tanto, me creces, se me amplia la memoria,
cuando te pienso, y te cuento mis cuitas.
Por eso, sin ser creyente, ni tener dioses de barro,
te rezo, te pregunto y te consagro
mi vida, mis actos, todo cuanto hago
con la dulce sensación y la creencia
de que tú estás donde necesito y te imploro
compañía, amor y buena vida,
hasta el fin del camino y mi subida.
Santander-12-11-15. 16,48. 661 días sin ti, pero contigo.