Escucho en el silencio
las palabras blindadas
de sosiego, calma, que ,me envías
las oigo, con el sentido acidulado,
pleno de respeto y amor
que me provocas.
Las oigo, las acepto
y me cubro la cabeza
con el sombrero
que aplaca el dolor, el desamparo
que tu falta me abruma en el pecho.
Siento el viento suave,
que calcina mi rabia,
la brisa leve de tu compañía
que ampara el desasosiego
y me dicta la calma
con la que, sin prisa, anda mi cuerpo
por veredas, senderos escarpados
de miedo, ansia y desespero.
Me calma tu susurro bien certero
con el que aplacas la miseria
de lo que acontece cada día
y de un futuro, temido, incierto,
que tú, presto, lo guías y proteges
con el amparo de un amor sin medida
y la vista puesta en el infinito
de un espíritu guardia y compañero.
Santander 28-9-14, 13,20. 152 días sin ti pero contigo.