Labraré en pedernal pesado
los nombres que me acompañan y preceden
esos, que callados, se marcharon
o los echaron a la muerte una mañana.
Sellaré con el recuerdo de vosotros
los anquilosados pasadizos de la historia,
para que no se olviden ni se cieguen
los dramas que envolvió la gran tragedia.
Un hombre joven, casi un niño
yace perdido en una zanja. Lo mataron
cipayos, impíos y cobardes
que ensuciaron el tiempo y la memoria.
El otro, Juan, por más señas, mi abuelo,
vivió siempre, con ese muerto dentro,
al cabo de poco, se apagó su llama
por viles cobardes, silenciada.
Quiero forjar hoy vuestra memoria
con tantos que os acompañan
y siempre, llevaré incrustada la plegaría
de los míos, que fueron alienados.
Levantaremos moles de memoria
recuerdos que se lancen hasta el cielo
para que jamás se olviden vuestro nombres
ni se pueda repetir aquella historia.
Santander- 26- Agosto-2016
Een recuerdo de un 26 de Agosto del año 1937, cuando las tropas de un traidor entraron en mi ciudad, arrasando la libertad y la palabra. Con todo, y en especial con Juan y Tasio Cañedo.