Hay días que las palabras
se agolpan en el pecho,
conforman un nudo, grande,
apelmazan el suave rugido
de lágrimas que mecen
un corazón roto, descosido,
apenas sin quebranto, incierto,
que pujan por salir, en grande recorrido
hasta el grito que ahoga la boca
con un amplio quejido,
en forma de poema dolorido.
Momentos que ahoga el miedo;
la zozobra, atenaza, a deshora,
mientras el bramido del mar, alcanza
la boca, que ahoga, en el silencio
la queja, el grito, el susurro sostenido
de todo lo que puja por salir
y no lo dejo.
En mala hora, el miedo
se hace antorcha e inunda la alquería
de un alma que brilla a lo lejos,
con bruñida y mansa
zozobra, de dolor atormentada.
Hay días, que solo la palabra
envuelta en poema, me calma,
y el silencio se hace grito
y el dolor de la herida,
fiera al acecho
de un alma contenida.
Santander-19-5-15. 17,35. 15 meses sin ti pero contigo.
Ya se, ya…