Hay días en que no puedo más,
días, horas, aciagas, en que toda pregunta
no obtiene más respuesta que un no asegurado,
horas espesas, como espeso es el humo,
como la noche, oscuro. Frío como el hielo,
sangrante, como herida abierta y desechada.
En esas horas, en esos días ciegos,
tomo el folio, lo miro, lo cuarteo,
con vanas palabras, que no tienen sentido,
dejo la brecha abierta de la mente
y riego con palabras el pliego, lacerado
de dolor, de las lágrimas que no salen.
Y son solo palabras, que muestran el miedo,
palabras, que se chocan con la muerte encontrada,
palabras, que se mueren en labios,
de no ser pronunciadas.
Son solo palabras, o brechas que se abren
de mi alma, de mi sentir doliente,
palabras que expresan, como la ira miente,
como el pecado de seguir caminando,
y como el tiempo apenas amortigua,
el dolor de estar viva y no verte.
Santander 21-6-14, 22,55. 163 días sin ti.